sábado, 9 de enero de 2016

Exposición 5

PAZ ERRÁZURIZ - FUNDACIÓM MAPFRE

He ido a ver la exposición de Paz Errázuriz presencialmente, en la fundación Mapfre. Al igual que me sucedió  con la exposición de Josef Koudelka, no está permitido sacar fotos. Aún así, voy a realizar el comentario respecto a mi experiencia, apoyándome en las imágenes e información recogidas tanto de internet como de los paneles explicativos presentes en la galería.






Esta exposición presenta la primera gran retrospectiva que se realiza de la obra de  Paz Errázuriz, una de las fotógrafas chilenas con mayor proyección internacional que ha representado a su país en la última Bienal de Venecia.

En esta exposición se presentan las series que componen la obra de la artista a través de las que explora diversos temas sociales, casi siempre en blanco y negro, utilizando el retrato como herramienta para mostrar los mundos más crudos y decadentes de la sociedad chilena.

La propia artista define así su trabajo: “Yo trabajo en series cerradas, en algunas puedo estar años. Y no siento que pertenezca a ningún grupo, pero me siento cerca de todos. Son temas donde la sociedad no pone su mirada, y pretendo dar ánimo para que la gente se atreva a mirar”.


La inmersión en la vasta obra fotográfica de Paz Errázuriz apela continuamente al contexto político y social de Chile. Ya desde los años setenta, tras el golpe de estado de Pinochet y el establecimiento brutal de la dictadura, su mirada buscó en las calles las respuestas al ensordecedor silencio. Su recorrido en nada resulta convencional: de formación autodidacta, Errázuriz se lanzó al uso de la técnica fotográfica sin referentes ni modelos movida por la necesidad imperiosa de representaciones hegemónicas. A medida que avanzaba su trayectoria, la fotografía documental que había creado fue sin duda el fruto de un método de trabajo poco frecuente basado en la convivencia con los individuos retratados, en la confianza generada por el roce humano, en el tiempo compartido, en el respeto mutuo. 
La exposición reúne más de 170 obras (fotografía y vídeos) y documentos que permiten recorrer de forma retrospectiva las distintas secciones que lo componen, ordenadas de forma cronológica y temática. 

La exposición consta de las siguientes partes: Introducción; agentes y espacios del devenir social; las edades de la vida (y la muerte); el sexo, instrumento de supervivencia, la desaparición de una etnia; y lucha y resistencia; fortaleza y debilidad; el circo; reclusión; exéresis; impedimentos de la mirada


*Agentes y espacios del devenir social: 

La obra fotográfica de la fotógrafa irrumpe en su país, Chile, en un contexto político-primera mitad de los años setenta- dominado por la dictadura de Pinochet. Sus primero pasos están marcados por una situación social de enorme zozobra y fragilidada para las vidas de quienes no apoyaron el golpe de estado. Salir a la calle con una cámara podía suponer un riesgo tremendo. Era todavía menos habitual ver entonces a una mujer desempeñar una tarea inquisitiva como es la práctica fotográfica. Paz Errazuriz posó su mirada autodidacta en aquellos individuos que pasaban sus días a la intemperie, durmiendo sobre el suelo, malviviendo, sumidos en la indigencia. 


 Con esta sección comencé la exposición, y de entrada, sin conocer nada de la fotógrafa, me resultaron en una primera impresión imágenes muy potentes, con intenciones de congelar momentos de la realidad más cruda y a su vez más real. 

*Las edades de la vida (y la muerte). 

En esta sección se reúnen obras que comprenden un amplio periodo de la trayectoria de Paz Errázuriz, siendo las más antiguas de principios de los ochenta y las más recientes de la primera década de nuestro siglo. El tiempo, y su tratamiento en la imagen, es el hilo conductor. Las edades extremas de la vida (niñez y vejez) son las más frecuentadas por la artista despuntando también  una mirada crítica hacia la infantilización social que afecta a los ancianos, sin obviar otras cuestiones como la presencia del trabajo en las personas mayores. La actitud audaz de la fotógrafa le ha llevado a adentrarse en un asunto tabú como el de la desnudez desinhibida de algunas peronas de edad avanzada, o en el disfrute del tiempo de ocio.







Ancianos envejecidos desnudos. Esta sección es difícil que pase desapercibida. Es explícita y verdadera como la vida misma. Me fascina.  Desnudos sin tapujos, sin pretensiones. Desnudos reales.  Cuerpos envejecidos pero que siguen siendo bellos. Me encanta la manera de desdramatizar. Desdramatizar haciendo de lo tabú algo banal.

* El sexo, instrumento de supervivencia.

Muy pronto en su trayectoria tuvo contacto con el mundo de la prostitución femenina. Sin embargo, entre 1982 y 1987 dedicó gran parte de su tiempo a frecuentar a un grupo de hombres que se travestían y prostituían en distintos burdeles de Santiago y Talca. Unos hombres de los que abusaba la policía ejerciendo la violencia.







 Esta sección, al igual que la anterior, pretende normalizar, aunque aquí desde un ámbito mucho más turbio como es el de la prostitución. Todas son imágenes bellas. Transmiten mucho. Bajo mi perspectiva lo que hace que las fotografías de esta fotógrafa sean tan increíbles es que hace visible lo que se esconde.

* La desaparición de una etnia.


El encuentro de Fresia Alessandri Baker hizo que Paz Errázuriz postergase en 1992 la serie "Mujeres de Chile", para seguirla a su propia hábitat, la costa de los archipiélagos de la Patagonia occidental.


Errázuriz se ha adentrado en la cotidianidad de una comunidad envejecida que vive entre canales de pesca de la cholga(molusco) y de la confección de cestos hechos con junquillos. Se trata de una etnia fueguina animista que se encuentra sumida en un proceso de extinción.






La sección bajo mi punto de vista más cotidiana y llana, pero no menos emotiva. La mirada de estas personas nos hablan de ellas mismas, de su cultura, de su época, de sus sufrimientos...

* Lucha y resistencia:



Habiendo iniciado su trayectoria en un periodo de la historia de Chiole tan cargado de aconteminietos políticos como el gobierno de la Unidad Popular y la dictadura fascista, y teniendo un decidido compromiso en la lucha a favor de los derechos humanos parece entendible que Paz Errázuriz se lanzase a registrar las turbulencias sociales.



 No he conseguido recoger más fotos de esta sección, pero había muchas que eran de una crudeza imperante. Imágenes potentes que reflejan el sufrimiento  y en definitiva, los duros tiempos que fueron.

*Fortaleza y debilidad.


Atraída por los sectores y grupos sociales ajeos a los comportamientos normativos quiso explorar en 1987 un mundo tan supuestamente viril como el del boxeo. Errázuriz muestra fuera del ring o dispuestos a iniciar el entrenamiento. Sin embargo, más que una musculatura en su esplendor físico vemos sobre todo cansancio, agotamiento y también precariedad y fragilidad.










*El circo.

En la extensa trayectoria fotográfica de una autodidacta como Errázuriz se constata con frecuencia el interés por adentrarse en espacios indebidos donde se practicaba la exclusión de género (el boxeo), penetrar asimismo en coto vedados por la moral hegemónica (la prostitución), o recorrer la periferia en pos de formas de vida nómada o ambulante como es el caso de su serie El circo. En esta serie se retratan momentos de la vida diaria, anodina o no, de circos pobres, de aquellos que malviven en las barriadas de las ciudades sin contar con el apoyo de grandes anuncios o reclamos espectaculares.



Esta sección, al igual que la sección precedente (la del boxeo) tienen bajo mi punto de vista un doble lado: dureza y comicidad. Depende de cómo las mires, por eso me parecen tan increíbles.


* Reclusión

Haber vivido la privación de libertad de movimiento en un país sumido desde 1973 hasta 1990 en la dictadura puede sin duda espolear la búsqueda de razones que lleven al confinamiento de determinadas personas. Estos motivos introdujeron a la fotógrafa a visitar en repetidas ocasiones el hospital psiquiátrico Philippe Pinel de Putaendo . En dicho lugar se encontró con personas desatendidas por sus familias. Huyendo de una visión miserabilista, el ojo de Erráruriz se cetras en los lazos humanos basados e el cariño y la ternuda, en las relaciones de pareja que se enhebraron en el Psiquiátrico.





Sin duda son fotografías bonitas, dulces, desinteresadas y naturales.

* Exéresis.


Esta serie es una rareza en toda su producción pues no ha sido realizada en su país sino en distintos museos europeos y norteamericanos como el Louvre( París), el Pergamon( Berlín) , El Metropolitan Museum (Nueva York ) y la National Gallery of Art (Wahshington) Las imágenes muestran las estatuas fotografíadas que carecen de cabeza pues el encuadre las corta a la altura del pecho, de modo que la atención se concentra en la zona genital donde encontramos una cavidad o los restos de un pene extirpado. Las razones históricas, culturales y morales de la desaparición de ese órgano esculpido obedece probablemente a mentalidades oscurantistas y/o a venganzas de origen religioso, pero el resultado le sirve a Errázuriz para reflexionar sobre la masculinidad desfigurada, en absoluto heroica, lo que crearía un cuerpo ambiguo, sin un género definido.



 El convertir esculturas clásicas en una crítica hacia el género masculino y lo que ello representa me parece simplemente brutal.

*Impedimentos de la mirada:


La tarea de quien ejerce la fotografía es de examinar la realidad a través de un aparato que capta aquellos detalles que el ojo no parece capaz de ver con precisión. Si esta técnica por tanto permite auscultar en lo casi invisible o perceptible, es sin duda digno de resaltar que el interés del fotógrafo se vuelque sobre los invidentes, personas que no pueden acceder a las imágenes que de ellas se produzcan.







Metáfora increíble. Fotografías algo paradójicas, muy bellas y profundas. Más para pensarlas que para verlas. 

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